Sacerdote Jesuita arrestado en caminata por la paz volvería a peregrinar “vivo o muerto”

Publicado el 25 de octubre de 2020

Un sacerdote de la Compañía de Jesús (jesuitas) arrestado por realizar una peregrinación para rezar por la paz en Camerún, denunció haber sido maltratado por la policía y que volverá a peregrinar si no se inician diálogos por la paz.

El 13 de octubre, la Policía Nacional arrestó al P. Ludovic Lado, de 50 años, tras acusarlo por realizar “una actividad ilegal en la vía pública”. El P. Lado dijo a ACI África, agencia del Grupo ACI, que los oficiales lo detuvieron durante la peregrinación de 245 kilómetros que decidió realizar por la paz, y denunció que los oficiales vulneraron sus derechos.

“La policía de Edéa, siguiendo altas instrucciones, violó mis derechos civiles y políticos el pasado 13 de octubre al escoltarme a Douala, mientras estaba en el segundo día de una peregrinación que había emprendido para rezar y hacer penitencia por la paz, el diálogo y la reconciliación en el noroeste y suroeste de Camerún”, señaló.

En un comunicado dirigido a sus “compatriotas, amigos de la fraternidad y de la paz”, el sacerdote jesuita dijo que interrumpió su peregrinaje a Yaundé hasta fines de noviembre para dar plazo “a los beligerantes y a mi Iglesia […] para involucrarse en la búsqueda y negociación de una solución a la crisis anglófona que daña la dignidad humana”.

“Si no se hace nada para entonces, volveré a peregrinar con mi equipo en diciembre, esta vez de Douala a Kumba. Pasaré la Navidad en Kumba, vivo o muerto”, subrayó.

El 12 de octubre, el P. Lado dijo a ACI África que peregrinaría desde Douala, la capital económica de Camerún, hasta Yaoundé, capital política del país, para rezar por el retorno de la paz en las regiones de Camerún que han estado en guerra desde 2016 y para que los ciudadanos puedan volver a ejercer con libertad su derecho constitucional de manifestarse pacíficamente”.

“Camino para rezar y abogar por el diálogo, justicia, paz y reconciliación en las regiones del noroeste y suroeste de Camerún; y también, para hacer penitencia y reparación por los crímenes contra la dignidad humana cometidos en estas regiones”, señaló.

“Camino para que la sangre humana deje de derramarse en nuestro país. Camino en solidaridad con los desplazados internos y los refugiados de esta guerra inútil. Camino para exorcizar en mí y en nosotros el demonio de la indiferencia”, agregó.

El 16 de octubre, el P. Lado pidió a sus compañeros sacerdotes en un comunicado que se unan a la peregrinación que realizará en diciembre.  “Animo a mis compañeros sacerdotes a que vestidos con sus sotanas se unan a mí en este momento. Ruego a sus superiores que no se opongan”, dijo.

Además, el sacerdote dijo que las frustraciones experimentadas a manos de las autoridades policiales no lo acobardarían en la inacción y el miedo. “El miedo es una mala guía. Un discípulo de Cristo no debe dejarse guiar por el miedo sino por la compasión”, señaló.

El sacerdote recordó el Evangelio de San Marcos y la primera carta de San Juan y dijo que su lema se basa en las siguientes citas bíblicas: “¿Por qué tienen miedo, acaso no tienen fe?” y “No hay miedo en el amor, el perfecto amor echa fuera el miedo”.

El P. Lado expresó su agradecimiento a las personas que apoyaron la peregrinación con sus oraciones. “Que Dios los bendiga abundantemente y haga de cada uno de nosotros un amigo y hacedor de justicia, paz, reconciliación y fraternidad en Camerún”, dijo.

“Mientras tanto, regreso a Yamena para cuidar de mis estudiantes, con la sincera esperanza de que no tendré que volver en diciembre, porque las negociaciones de paz habrán comenzado”, concluyó.

En febrero de este año, los obispos de todo el mundo enviaron una carta al presidente de Camerún, Paul Biya, que ha gobernado Camerún durante 37 años, pidiéndole que participe en los diálogos de paz propuestos para poner fin a la guerra civil iniciada en 2017 entre el Gobierno y separatistas de habla inglesa.

Las relaciones entre la mayoría francófona y la minoría anglófona han sido difíciles desde la independencia de Camerún en 1961, tras la unificación de la región francesa y la británica.

En 2016 se desató un sangriento conflicto armado, tras las fuertes protestas contra la decisión del Gobierno de Yaoundé de usar solo el idioma francés en los tribunales y las escuelas, lo que hizo que los hablantes de inglés proclamaran la independencia de su región a la que llaman Ambazonia.

Desde entonces la violencia no ha cesado, y el conflicto se agravó con la delincuencia común. Según la ONU, se estima que hay 679 mil desplazados internos en Camerún y 60 mil refugiados cameruneses en Nigeria. A causa del conflicto, más de 600 mil niños no han podido ir a la escuela en las dos regiones y han fallecido unas 3 mil personas.

Los anglófonos son aproximadamente el 20% de la población del país y siempre se han expresado en contra de la marginalización que sufren por parte de los francófonos que dirigen el país.

Lamentablemente, un diálogo nacional convocado por el gobierno en 2019 no logró poner fin a la crisis y se continuó arrestando a varios manifestantes de diferentes partes del país.

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