Valor del modelo cooperativista
Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano
El mensaje del Papa comienza poniendo en valor el trabajo de las cooperativas a lo largo de un siglo: “hoy decir «gracias» por sus 100 años de compromiso es también dar ejemplo a los hombres de nuestro tiempo, que necesitan descubrirse no sólo «prestatarios» de bienes, sino también «emprendedores» de la caridad”.
Para el Papa, el modelo cooperativo italiano tiene a su base la Doctrina Social de la Iglesia, por eso “corrige ciertas tendencias propias del colectivismo y del estatismo, que a veces son letales para la iniciativa privada; y al mismo tiempo, frena las tentaciones del individualismo y del egoísmo propios del liberalismo”.
El éxito del modelo cooperativo, afirma el Papa, ha sido posible porque combina “por un lado, la lógica de la empresa y, por otro, la de la solidaridad: solidaridad interna con sus miembros y solidaridad externa con los destinatarios. Esta forma de vivir el modelo cooperativo ya ejerce una influencia significativa en las empresas que están demasiado atadas a la lógica del beneficio, porque las empuja a descubrir y evaluar el impacto de la responsabilidad social”.
Va contra la mentalidad del mundo
El Papa recuerda que “nunca debemos olvidar que esta visión de la cooperación, basada en las relaciones y no en el beneficio, va en contra de la mentalidad del mundo. Sólo si descubrimos que nuestra verdadera riqueza son las relaciones y no los meros bienes materiales, podremos encontrar formas alternativas de vivir en una sociedad que no esté gobernada por el dios dinero, un ídolo que la engaña y luego la deja cada vez más inhumana e injusta”.
Francisco recuerda un hecho personal: «Ya he tenido la oportunidad de contar en otras ocasiones lo que me quedó cuando tenía 18 años, en 1954, escuchando a mi padre hablar de este tema. Desde entonces estoy convencido de que la cooperación cristiana es el camino correcto. Puede parecer más lento económicamente, pero es la manera más efectiva y segura de hacerlo».
Ventajas de la cooperación
La cooperación, afirma el Papa, es una manera de “superar la soledad que convierte la vida en un infierno. Cuando el hombre se siente solo, experimenta el infierno. Cuando, por otro lado, siente que no está siendo abandonado, entonces puede enfrentarse a todo tipo de dificultades y dificultades. Nuestro mundo está enfermo de soledad.
Un gesto posible es convertir la cooperación en un modo de vida, dando “un trabajo bastante remunerado; permitiendo que los agricultores que se han vuelto más frágiles a causa del mercado formen parte de una comunidad que los fortalece y los apoya; permitiendo que un pescador solitario se una a un grupo de colegas…”
El Papa recuerda el pasaje de Marcos 2,1-5, en el que los protagonistas son cuatro hombres y un enfermo al que llevan en camilla. Jesús lo perdona y lo sana. Sin embargo, dice el Papa, “Estos hombres hacen un gesto milagroso: se reúnen y, con una estrategia ganadora y creativa, encuentran la manera no sólo de hacerse cargo de este hombre, sino también de ayudarlo a encontrar a Aquel que puede cambiar su vida”.
El «milagro» de la cooperación es una estrategia de equipo que abre una brecha en la pared de la multitud indiferente que excluye a los más débiles. Por eso, continúa el Papa, “cuando permanezco ciego ante el sufrimiento y la fatiga de los demás, realmente permanezco ciego ante lo que podría hacerme feliz: no se puede ser feliz solo”.
Francisco define el terreno de lucha del trabajo cooperativo, por eso afirma, que “El trabajo que han estado haciendo durante cien años es oponer la relación contra el individualismo, el equipo contra el interés, el bienestar de todos contra los intereses de unos pocos”.
Visitar las periferias existenciales
Al igual que Jesús, las cooperativas van a la periferia, por eso, afirma el Papa, “me complace escuchar que han frecuentado las periferias existenciales donde se encuentran las vulnerabilidades más importantes: este es el lugar privilegiado de nuestro testigo. Insistir en la categoría de los suburbios se debe a la elección hecha por Jesús, el Hijo de Dios, al venir al mundo. Eligió los suburbios como centro de su misión”.
Para el Papa, los suburbios, las periferias del mundo de hoy son los pobres, pero en particular, las mujeres “que, en el mundo global, soportan la mayor parte de la pobreza material, la exclusión social y la marginación cultural”.
Finalmente, el Papa Francisco les exhortó a que nunca pierdan de vista la fuente del trabajo cooperativo: “el Evangelio”, porque en Él encontrarán la inspiración de su trabajo. Impartió la bendición.
FUENTE: VATICANEWS