El Superior General de los Jesuitas, Padre Arturo Sosa, SJ., ha declarado el inicio del «Año Ignaciano» a partir del 20 de mayo de 2021, exactamente 500 años después de que el soldado Ignacio de Loyola fuera herido por una bala de cañón durante la batalla de Pamplona. Fue durante su larga recuperación que Ignacio encontró una nueva vocación, entregando su vida a Dios y comenzando una peregrinación espiritual que sigue resonando hoy en día. Por tal motivo, el mensaje subyacente del “Año Ignaciano” es la conversión; el tema es «ver todas las cosas nuevas en Cristo».
Hoy se llevó a cabo la celebración eucarística que dio apertura al año Ignaciano, la misma fue presidida por el Padre Martín Lenk, Provincial de los Jesuitas en la Provincia Antillense. Habló de la herida de San Ignacio como el momento cumbre de su conversión, esta herida no fue solo física, al santo también le hirieron el ego y la vanidad, aspectos que le sirvieron para reflexionar en su nuevo modo de ver la vida. No consiguió el cambio inmediato fue un proceso de conversión que inició rediseñando su esencia, conociendo a Dios, invitandolo a ser parte de su vida, reconoció su herida y permitió que Dios como médico entrara en su alma y lo sanara.
La misa tuvo un caracter emotivo y durante su desarrollo se destacaron algunas de las heridas de nuestra humanidad, como la violencia, las enfermedades y la vanidad, dejando abierta la invitación a servirnos del amor en Cristo y empezar a sanar nuestras heridas, especialmente aquellas que salen del alma.