Tegucigalpa, Honduras.- En una amplia crónica periodística publicada en el sitio web de Radio Progreso se denuncia de las frecuentes amenazas que sufre el el padre Ismael Moreno, sacerdote jesuita, periodista y director de la radioemisora. Según se detalla, las amenazas de muerte se deben a la valentía con la que el sacerdote denuncia «la violación de derechos humanos que se cometen a diario en su país».
El padre Melo, como le conocen en Honduras, desde 1995 se ha dedicado al periodismo, y en la actualidad, «se ha convertido en uno de los principales líderes opositores del país. Un referente para el campesinado y para un 60% de la población que vive bajo el umbral de la pobreza: más de cuatro millones en extrema pobreza».
El sacerdote jesuita «es la cabeza más visible de Radio Progreso y del Equipo de Reflexión e Investigación y Comunicación (ERIC), una organización que se opone a los grandes proyectos empresariales que amenazan los derechos de los indígenas, evidenciando y poniendo contra las cuerdas la corrupción del gobierno. Lo mismo se sienta delante de un micrófono y denuncia las violaciones de derechos humanos que se cometen en su país cada día, que viaja a una aldea recóndita entre las montañas para escuchar a los campesinos, o encabeza una marcha de protesta contra el gobierno en su ciudad».
En la crónica se traza un amplio perfil que identifica la vida y misión pastoral que cumple el padre Ismael. «Lo mismo viaja a Estados Unidos o a Europa para recoger un premio internacional por la libertad de expresión, que visita a personas enfermas en los hospitales de su ciudad, o se sienta en el patio de su casa en pantalón corto y chancletas para tomar unas cervezas con su equipo. Colabora con los medios de comunicación más prestigiosos a nivel internacional, a la vez que cuida con mimo a su madre, doña Lita o a su hermana Inés (fallecida hace dos semanas, tras este reportaje). Lo mismo desarrolla un discurso intelectual en cualquier escenario del mundo, que se arremanga en la cocina y prepara unos huevos revueltos con tortillas de maíz para sus amigos».
«Todo un referente de la sencillez y del compromiso por la vida, además de enemigo acérrimo de la doble moral y de los elogios que puedan dirigir hacia su persona. Melo no se siente un superhéroe en el país más peligroso de Centroamérica: en Honduras se registra el mayor número de asesinatos: 3.682 en 2018».
Los 5 hombres de Honduras
Según la lista Forbes de 2018, cinco personas acumulan en Honduras el equivalente al salario mínimo anual de dos millones de su población. “Honduras sobrevive rehén de un grupo pequeño que se codea con la gente más rica del mundo”, denuncia Melo. “225 tienen el control de las decisiones económicas y políticas. Y esto es lo que provoca el origen de las caravanas migrantes”.
De los nueve millones de habitantes, un millón se encuentra fuera del país y seis no tienen garantizada la salud y la vivienda. “Honduras atesora las condiciones de riqueza para vivir dignamente, para esta generación y la que viene, pero el puñado de gente que concentra la riqueza ha creado una triple alianza con la que se protegen”, sigue explicando Melo. Una triple alianza, formada por una burocracia política corrupta, una elite empresarial y las multinacionales. “Y quien toca esta triple alianza, es reo de muerte. Por eso nos amenazan de muerte”. Una triple alianza, subraya, “protegida” por Estados Unidos, el crimen organizado y los militares.
Desde hace dos meses, ha detonado en Honduras otra crisis social y política por la defensa del derecho a la educación y de la salud pública frente a las iniciativas de privatización. “En realidad, esta crisis no es más que la acumulación de conflictos que tienen su raíz en el golpe de Estado de hace diez años, de las elecciones ilegales y fraudulentas de noviembre de 2017, de la corrupción e impunidad y los vínculos con el narcotráfico del presidente Juan Orlando Hernández”, esclarecía esta semana el equipo de trabajo de Melo. “La presión social y política sigue en aumento, y la escalada de represión y violación sistemática a los derechos humanos está siendo gravísima”, alertaban. A todo esto, se suma la “criminalización” contra los defensores de Derechos Humanos.
En un diálogo con el periodista de Diario de Navarra, el padre Melo denuncia que “Quieren cargarse Radio Progreso y a mi persona. Lo quieren hacer como sea”. “En diez años nunca me ha ocurrido nada, incluso los vecinos nos avisan si hay gente rara merodeando”, tranquiliza, comenta.
No duda en comentar que “Ejercer la libertad de expresión en el caso nuestro es una tarea constante. Aquí, en Honduras, celebramos este día en un estado al servicio de la elite. Ha dejado de ser un derecho para quedar al servicio de los fuertes. No podemos decir que gocemos de libertad de expresión. La libertad de expresión se convierte en una enorme tarea y una afrenta a las condiciones adversas. Arriesgamos nuestras vidas y ponemos en cuestión nuestra vida personal y de equipo”, dice.
“Desde 2009, tras las amenazas diversas que hemos tenido fuimos aceptados por la comisión interamericana de gozar medias cautelares”, sigue hablando Melo. “Cada año se han renovado, y diez años después seguimos gozando de estas medidas. El Estado tiene la obligación de implementar medidas de protección a personas en riesgo”. Para ello, aclara, “el Estado nos envía a las nueve de la noche y a las cuatro de la madrugada una patrulla policial. Pero ocurre que la policía está contaminada por el crimen organizado. Por lo tanto, cumplen una doble función.
Aparentemente nos protegen, pero en realidad nos vigilan y controlan”. “Yo no creo que me vayan a matar. Lo que ellos buscan ahora desprestigiarnos. Tratan de relacionarme con un tema u otro. Por eso nos vigilan, nos graban en vídeo e incluso escuchan nuestras conversaciones”, relata el padre Ismael Moreno .
Lea la crónica íntegra en el sitio web de Radio Progreso