El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, afirmó que en América Latina «se vislumbra una posible gran crisis de deuda soberana el próximo año» debido al gasto que se ha generado en los países de la región para atender la pandemia.
El máximo representante de la ONU participó el lunes en una cumbre virtual privada de jefes de Estado y de Gobierno de Centroamérica, integrantes del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), donde se analizó la situación económica, social y ambiental frente a la pandemia.
Según Guterres, la crisis por el coronavirus «ampliará significativamente la brecha de financiamiento» en la región, lo que podría causar «una gran crisis de liquidez».
Este panorama ya ha sido puesto sobre la mesa por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la ONU en su informe 2020, donde se refiere a los obstáculos que tendrán los países de la región para conseguir la recuperación de sus economías y los años que les llevará volver a la situación previa a 2020.
«Conceder mayor alivio»
Frente a esta compleja situación económica, Guterres ha pedido al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) que retrasen o cancelen el cobro de la deuda que mantienen los países latinoamericanos con esos organismos hasta finales de 2021 para «conceder un mayor alivio».
Para Guterres, en este momento existe «la oportunidad de reconstruir atendiendo las deudas estructurales» y de «enfrentar una recuperación económica que priorice la solidaridad y la inclusión«, recoge la página web del SICA.
En cuanto a la situación económica regional, el propio FMI ha proyectado una caída de 8,1 % del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe durante este año debido al impacto que ha causado el coronavirus.
Hasta ahora, América Latina y el Caribe suman casi 450.000 fallecidos por el covid-19 y más de 13 millones de personas han resultado contagiadas. En la región, Brasil y México encabezan las cifras más altas de víctimas por este virus, con 173.120 y 105.940 muertos, respectivamente.