San Lucas, el Evangelista, es autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Gracias a su narración del Evangelio, los cristianos podemos conocer mejor a la Virgen María, ya que Lucas registró más pasajes de su vida que cualquiera de los otros evangelistas. Probablemente, esto se explique por la cercanía que tuvo Lucas con el Apóstol San Juan, el discípulo amado, quien se hizo cargo de la Madre de Dios, tal y como Jesús pidió en la Cruz. Su fiesta se celebra el 18 de octubre.
La fecha de nacimiento de Lucas es incierta, pero se cree que nació en Antioquía (actual Turquía). Su nombre significa “portador de luz” y se convirtió a la fe en Jesucristo alrededor del año 40. No conoció personalmente al Señor Jesús, pero sí a San Pablo, de quien fue discípulo. Lucas fue un hombre instruido -a diferencia de la mayoría de los apóstoles- y de amplia cultura. Se dice que fue médico, pero también sabía de letras -su lengua era el griego- y de algunas artes como la pintura.
Es el único autor del Nuevo Testamento que no tuvo origen judío y cuyos escritos estuvieron pensados para llevar la Buena Nueva a los pueblos gentiles. De hecho, Lucas escribió en griego koiné, es decir, la lengua más extendida de la antigüedad junto al latín. En el relato de su Evangelio, San Lucas pone de relieve a quienes sufren en el cuerpo o en el alma, especialmente a los pobres y los pecadores arrepentidos. Su Evangelio, además, nos recuerda siempre la necesidad de la oración.
De acuerdo a la tradición, Lucas habría predicado en Macedonia, Acaya, Galacia y Beocia.
Sobre su destino final, ocurrido posteriormente a la muerte de Pedro y de Pablo, no se tiene suficiente certeza. Se debate si murió martirizado o si, de acuerdo al «Prefatio vel Argumentum Lucae», murió siendo anciano. Existe una fuerte tradición que proviene de Gaudencio (PL 20, 962), según la cual habría sido martirizado junto a Andrés, el Apóstol, en la tierra de Patras, provincia romana de Acaya. De acuerdo a esta misma tradición, Lucas habría muerto colgado de un árbol.
Generalmente, se le representa con un libro en las manos, al lado de un toro o novillo.
Es patrón de los doctores, cirujanos, carniceros, encuadernadores, escultores, notarios y artistas, debido -esto último- a que probablemente pintó una imagen de la Virgen María.