El Arzobispo de Uagadugú, Cardenal Philippe Ouedraogo, infectado de COVID-19 a principios de marzo, ofreció su enfermedad por la paz en Burkina Faso, país afectado por el terrorismo islámico desde hace casi cinco años.
El presidente del Simposio de la Conferencia Episcopal de África y Madagascar (SECAM) y Arzobispo Metropolitano de Uagadugú (Burkina Faso), Cardenal Philippe Ouedraogo, dijo a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que en medio de su enfermedad está unido en oración “por la reconciliación, la justicia y la paz en Burkina Faso”.
La mañana del 30 de marzo, el Purpurado de 75 años dio positivo al COVID-19 sin presentar síntomas mayores y fue aislado en un hospital local. “Así me uní a las innumerables multitudes de pacientes confinados en todo el mundo para recibir atención médica”, dijo en una carta a ACN.
Ante la ola de terrorismo sin precedentes que afecta Burkina Faso en medio de la pandemia del coronavirus, el Cardenal Ouedraogo dijo “ofrezco de buena gana este tiempo de juicio” y mi “oración diaria” por los afectados por el COVID-19, “por el fin de la matanza de personas inocentes por las fuerzas del mal, por la reconciliación, la justicia y la paz” en el país.
Desde hace cinco años el terrorismo islámico afecta principalmente a los cristianos del norte de Burkina Faso y ha causado casi un millón de desplazados internos. Además, desde 2019, fueron asesinados más de mil personas, entre cristianos y musulmanes, señaló ACN.
Antes de enfermarse, el Purpurado ya expresaba su preocupación por los estragos del coronavirus en Burkina Faso, un país que desde hace mucho sufre actos de violencia por militantes de ISIS. El diálogo interreligioso es el “eje fundamental para resolver los ataques terroristas en la región del Sahel y en África en general”, dijo a ACI África, agencia del Grupo ACI, en marzo.
Pese a la enfermedad, el Purpurado dijo a sus “amigos cristianos y no cristianos” que recibe “buenos cuidados”. Además, agradeció a sus colaboradores, personal de enfermería y a todos los que lo apoyan llamándolo por teléfono o “rezando por él”.
El Cardenal Ouedraogo también aprovechó la carta para pedir “desde lo más profundo de mi corazón como pastor”, la solidaridad de los fieles y personas de buena voluntad a nivel local, regional e internacional, ante la urgente necesidad de “medios adecuados” para atender a los muchos enfermos de COVID-19.
“‘Un solo dedo no recoge la harina’, nos enseña la sabiduría africana. Por lo tanto, unámonos para expulsar esta terrible enfermedad, con sus lamentables consecuencias, fuera de nuestro país y fuera del mundo”, concluyó.
En medio de la pandemia del COVID-19, sacerdotes y religiosas de países que ya sufrían a causa de la pobreza y la violencia como Burkina Faso, vienen atendiendo a las personas más necesitadas de esta emergencia mundial a nivel material y espiritual. Para colaborar con su labor, la fundación pontificia ACN creó una campaña solidaria a la que se puede acceder AQUÍ.