La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) brinda ayuda a casi 70 comunidades religiosas en la República Democrática del Congo que enfrentan la miseria por la crisis provocada por el coronavirus.
ACN indicó que, ante la crisis causada por la pandemia y el confinamiento en el país africano, extenderán una ayuda urgente de subsistencia para 69 comunidades religiosas en la provincia eclesiástica de Bukavu, al este del país.
La fundación pontificia señaló que la pandemia ha empeorado la situación ya “extremadamente difícil” de las religiosas, en un país que vive continuamente entre conflictos étnicos, la inseguridad, incursiones armadas de países vecinos, secuestros y violaciones.
“Desde el estado de alarma decretado por el presidente de la RDC el 24 de marzo, los salarios han quedado suspendidos”, agregó.
ACN resaltó que el personal médico, al que pertenecen algunas de las religiosas, han enfrentado la disminución de sus ingresos al recibir “su remuneración según el número de pacientes, y ahora la gente se muestra reacia a ir al hospital por miedo a infectarse con el virus”.
“Las que trabajan en las escuelas recibían una parte de lo que abonaban los padres de los alumnos, pero en un momento en que las escuelas están cerradas por la COVID-19, también han perdido estos ingresos”, lamentó.
El Arzobispo de Bukavu, Mons. François-Xavier Maroy, extendió un pedido de auxilio a ACN, que respondió destinando 120 mil euros para apoyar a 464 religiosas de seis congregaciones diferentes.
La responsable de los proyectos de ACN en la República Democrática del Congo, Christine du Coudray, indicó que como fundación están obligados “a darles consuelo en esta situación de indigencia, un consuelo que sabrán multiplicar para aquellas personas más desposeídas que ellas”, en un país que “vive en un conflicto latente desde hace 20 años”.
“Cuando los conflictos han hecho huir a todas las ONG, la Iglesia y sobre todo las religiosas permanecen cerca de la población más desfavorecida, como buenas almas anónimas, conforme al espíritu de la Madre Teresa”, afirmó.
ACN resaltó que este apoyo es un añadido al trabajo que ya viene realizando en el país con la ayuda brindada a los sacerdotes, que por la falta de colectas dominicales y otros recursos por la suspensión de las actividades pastorales y comunitarias no tienen medios para sobrevivir ni asegurar su labor pastoral.
“Ahora que sus feligreses están confinados, la vida se ha vuelto más difícil para todos porque la mayoría de las personas sufren una tasa de desempleo muy elevada (alrededor del 96% de la población) y viven únicamente de lo que consiguen día a día”, lamentó el Obispo de la diócesis de Mbuji-Mayi, Mons. Bernard-Emmanuel Kasanda.
El maestro de novicios de la Congregación de Capellanes del Trabajo, P. Clemente Mwehu Muteba agradeció el apoyo de ACN y señaló que con la ayuda económica ha podido abonar el combustible para continuar con su apostolado en su capilla en Lubumbashi, en la provincia de Alto Katanga y pagar “algo de papel para satisfacer las necesidades de la formación de los jóvenes”.
Otro miembro de la congregación de Capellanes, P. Alain Mwila Wa Ilunga, señaló que es un verdadero alivio recibir este apoyo económico, que ha decidido compartir “con los más desamparados y los enfermos pobres para que puedan alimentarse con el pan de cada día”.