Al final del sexto mes, el oído ya está completamente formado, aunque el feto puede percibir sonidos que proceden de su madre o del exterior, desde algunas semanas antes. Se ha comprobado que desde la 16ª semana de embarazo, el feto reacciona acelerando su ritmo cardíaco y la frecuencia de sus movimientos cuando se producen ciertos sonidos.
También se ha observado que el feto es capaz de distinguir la voz de su madre de la de otras mujeres, ya que aumenta su latido cardíaco al colocar junto al abdomen una grabación de la voz de su mamá, cosa que no ocurre si escucha otras voces femeninas. Igualmente se ha comprobado que el feto prefiere la música suave y melódica.
Estas serían las primeras fases de la audición, que antes de nacer posibilitan la percepción del mundo circundante. A partir del nacimiento, el bebé proseguirá desarrollando diferentes procesos que le permitirán comunicarse mediante el lenguaje oral. Uno de estos procesos es la audición, indispensable para el aprendizaje, desarrollo e interiorización del lenguaje oral. Audición y aprendizaje del lenguaje, son pues, inseparables.
Cuando un niño no oye: sus consecuencias
Los niños con déficit auditivo recibirán la información del entorno de forma parcial, por lo que el aprendizaje del lenguaje oral puede retrasarse o no podrán aprenderlo de forma natural. También puede ocurrir que si la pérdida auditiva del niño no es profunda, percibirá solamente algunas partes del lenguaje oral, dando como resultado que el niño no hable con claridad.
Si por el contrario la pérdida auditiva es profunda, el niño emitirá muy pocas palabras, o ninguna. En ambos casos, las posibilidades de aprendizaje se verán reducidas.
Otra consecuencia de que un niño no oiga es que presente problemas de comportamiento, ya que el hecho de no comprender lo que ocurre a su alrededor, puede generar irritabilidad. Esto se traduciría en enfados continuos, berrinches y actitud hostil. El niño también tendrá dificultades para integrarse en sociedad, en el colegio e interactuar con otros niños.
Dada la relación directa entre audición y aprendizaje, es fundamental la detección precoz del déficit auditivo en un niño. Con un correcto diagnóstico seguido del correspondiente tratamiento, pueden minimizarse o, incluso, evitarse problemas en la adquisición y desarrollo del lenguaje. De él penden factores tan importantes como la comunicación, la producción de la voz y otras consecuencias sociales y afectivas.
Para detectar una posible pérdida auditiva en un niño, hay que realizarle una prueba audiométrica, que puede variar dependiendo de su edad. Al tratarse de audiología infantil, esta prueba deberá realizarla un audioprotesista especializado en la adaptación de audífonos en niños. En Audiotekrealizamos pruebas audiométricas gratuitas, también a niños y son llevadas a cabo por nuestros audioprotesistas, especializados en audiología infantil.
Las diferentes pruebas audiométricas pediátricas
Actualmente, en los hospitales públicos de Catalunya se realiza el llamado “cribado neonatal” a todos los recién nacidos. En esta prueba, que no causa la menor molestia en el bebé, se emplean otoemisiones acústicas para comprobar si el recién nacido puede oír.
No obstante, y aunque el resultado de la prueba sea satisfactorio, los padres deberán observar si durante el posterior desarrollo del bebé presenta algún signo que indique posible deficiencia auditiva. En el caso de que así fuera, deberán someter su hijo a una prueba audiométrica en un centro especializado, como Audiotek.
Hasta la edad de 2 años, la audiometría será sencilla y de comportamiento, incluyendo la utilización de estímulos sonoros portátiles de diferentes rangos de frecuencia. Estos estímulos estarán producidos por elementos como un tambor, un sonajero, una campana, etc, con la finalidad de observar la respuesta del niño a los sonidos que produzcan.
Otra prueba es la del campo sonoro con refuerzos visuales, en la que el niño estará expuesto a diferentes sonidos a través de altavoces. El objetivo es incitar al niño a girarse hacia la fuente de sonido, premiándole cada vez que hay respuesta con una imagen visual divertida o un juguete.
De los 2 a los 4 años de edad, la prueba audiométrica se realizará con auriculares, pero planteada como si se tratase de un juego. Durante la prueba, puede pedírsele al niño que toque un juguete, por ejemplo, cada vez que oiga un sonido. Para realizar esta prueba se requiere de la participación activa del niño, que ya se considera maduro para tolerar esta estrategia.
De los 5 años en adelante, y siempre dependiendo de la capacidad de colaboración del niño, podrán realizarse pruebas audiométricas tonales en cabina y con auriculares, tal y como hacen los adultos.
En el caso de que las pruebas determinen que el niño necesita usar un audífono, éste le garantizará una audición constante y consistente del hablaen niveles seguros y cómodos.
Además, en Audiotek el niño podrá contar siempre con el acompañamiento de un audioprotesista especializado para que se sienta cómodo con su audífono.
Para aprender es necesario oír y la estimulación auditiva precoz, así como la exposición al habla, son esenciales para el desarrollo lingüístico del niño. Esto permitirá su integración social y adaptación total en el colegio, pudiendo tener una vida plena como la de cualquier otro niño de su edad.
FUENTE
La importancia de la audición en el aprendizaje del lenguaje de los niños