El nombre «domingo» proviene del latín dies Dominicus (‘día del Señor‘), debido a la celebración cristiana de la Resurrección de Jesús.
Con el paso del tiempo hemos aprendido que Dios está todos los días de nuestra vida y en todas partes, si le das permiso él se hace tu más fiel cómplice. Ciertamente el domingo es muy importante, este día Jesús resucitó de entre los muertos haciendo cumplir la palabra de su Padre y dándole una nueva oportunidad al mundo.
Cuando era niña y me preparaba para hacer la primera comunión, le preguntaba a la catequista, a mis abuelos y al mismo cura, ¿qué dónde estaba Dios? Su respuesta era clara y sutil, decían que Dios estaba en la belleza de las flores, en el aire que respiramos, en el sol que nos calienta cada mañana al levantarnos y se manifiesta como la aprobación del Padre diciendo, levántate , sigue adelante, él también esta presente en los días grises y nublados, esos que conocemos como días de lluvias donde puede caer agua de los cielos, pero además se puede estar derramando todo un diluvio en tu alma y corazón y justo ahí él también está presente.
Dios es más que un día a la semana, es creer en lo imposible, es levantarse cada día y dar gracias por el don maravilloso que él nos regaló, la vida.
Es importante ir a la iglesia, escuchar la misa, el coro cantando bellas canciones, la homilía del Padre y el momento de recibir el pan, el cuerpo de Cristo, si lo haces con el corazón y no como un simple ritual, es precioso, es un momento intimo con Dios, a propósito del pan , hay una canción, que dice: Te escondes en el pan y aunque no te pueda ver, te puedo acompañar es mi lugar preferido, me vuelves a salvar como lo hiciste en la cruz, en cada misa tú repites tú sacrificio. Te recomiendo escuchar esta pieza con el corazón, en sus letras hay paz y amor. Además de asistir a la misa también es importante cosechar acciones nobles que nos acerquen a Jesús, como ayudar al prójimo, a los más necesitados, cuidar los niños, velar por el medio ambiente y no olvidarnos de cuidar de nosotros mismos.
Dios no espera que reformes el mundo, de hecho, nos pide tan poco, es justo que al levantarte des gracias y al acostarte también, él no solo es refugio para los afligidos, también es un bálsamo de paz y escucha generosa.
No olvides que no importa el día, hora o lugar, el Señor está contigo, que todos los días sean su día, acógelo en medio de la tribulación, pero también de las alegrías.
Dios es amor y nos ama
¡Feliz Domingo!