El dominicano César Emilio Peralta, arrestado ayer en Colombia, señalado como el jefe de la mayor red de narcotráfico de República Dominicana, era un rostro conocido y respetado en la noche de la capital del país caribeño, a pesar de que sus vínculos con la droga no eran un secreto para nadie.
Peralta, alias César el Abusador, era el dueño de al menos 40 locales comerciales y, entre ellos, las discotecas de lujo más conocidas de Santo Domingo, que servían además como lugar de reunión de la banda, así como de locales de prostitución para mujeres traficadas desde Venezuela y Colombia.
Previo su detención el perseguido se escondía en el país, a decir del presidente de la DNCD, Félix Alburquerque. Explicó que el capo abandonó el territorio dominicano utilizando una lancha con destino a la nación suramericana.
El operativo se realizó de manera conjunto con autoridades colombianas y norteamericanas.En el mismo también se apresaron tres colombianos y un dominicano. Con la detención del prófugo se cierra el ciclo de la poderosa red criminal que operó por 20 años en el país.
Lo que las autoridades dominicanas no tienen claro, es a donde será extraditado César El Abusador para que responda por los cargos imputados.
Al apresado se le acusa de encabezar una red criminal, con vínculos internacionales dedicada al tráfico de drogas y al lavado de activos.
Por el caso 17 personas fueron sometidas a la justicia por sus vínculos con la señalada red criminal, de los cuales tres fueron extraditados a los Estados Unidos.
UNA VIDA DE LUJO
El narco de 44 años disfrutaba dejándose ver en estos clubes nocturnos, como VIP Room, Flow Gallery Lounge o Aqua Club, codeándose con jugadores de béisbol y con cantantes de música urbana, que no dudaban en fotografiarse con él para subir la instantánea a las redes sociales.
El propio Peralta daba cuenta en Instagram de su vida de opulencia, de su colección de relojes, sus trajes caros y de sus fiestas nocturnas y en su yate de lujo, ahora bajo custodia de las autoridades dominicanas.
Sus relaciones con jugadores de béisbol levantaron sospechas en las autoridades dominicanas, que llegaron a arrestar a los expeloteros de Grandes Ligas, Luis Castillo y Octavio Dotel, pero luego fueron exculpados de cualquier implicación con la banda de narcos.
Peralta también fue vecino de David Ortiz, exjugador de los Medias Rojas de Boston y uno de los mejores bateadores de la historia reciente de las Grandes Ligas.
Debido a la polémica, Ortiz se vio obligado a aclarar que sí conocía a Peralta, pero decidió vender su apartamento en el edificio Blue Tower, en el acomodado sector Naco de Santo Domingo, después de que el narco comprara el ático.
“Nadie en la República Dominicana quería ser un enemigo de Peralta porque todo el mundo sabía que era parte de este cartel de drogas», dijo el portavoz del exjugador, Joe Baerlein, en una entrevista al Boston Globe.
LA VIDA CRIMINAL
En el momento de la desarticulación de la banda de narcotraficantes, la Fiscalía dominicana relató que Peralta, a lo largo de 20 años, trabajó a las órdenes de otros famosos narcotraficantes como Rolando Florián Feliz, Pascual Cordero Martínez, alias el Chino o Quirino Ernesto Paulino Castillo.
Poco a poco, Peralta fue escalando posiciones y acabó llenando el vacío de estos narcotraficantes cuando, uno a uno, fueron siendo puestos a la disposición de la Justicia.
Al frente de su banda, creó un entramado para transportar toneladas de cocaína desde Colombia hasta Estados Unidos y Europa, usando de puente la República Dominicana.
El FBI, que ofreció una recompensa de 100.000 dólares para quien ofreciera informaciones que llevaran a su captura, asegura que Peralta tiene vínculos en República Dominicana, Colombia, Venezuela, Estados Unidos y Puerto Rico.