“Al hablar de las familias, muchas veces me viene a la cabeza la imagen de un tesoro. El ritmo de vida actual, el estrés, la presión del trabajo y también, la poca atención de las instituciones, pueden ponerlas en peligro. Por eso necesitan la ayuda de los organismos públicos y las empresas. No es suficiente hablar de su importancia: es necesario promover medidas concretas y desarrollar su papel en la sociedad con una buena política familiar. Pidamos a Dios para que las grandes opciones económicas y políticas protejan la familia como el tesoro de la humanidad.”