El Día Mundial de la Alimentación se celebra el 16 de octubre de cada año. Fue proclamado en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Su finalidad es concientizar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. El día coincide con la fecha de la fundación de la FAO en 1945, por lo cual estamos celebrando el 75 aniversario.
En las últimas décadas, el mundo ha progresado significativamente en la mejora de la productividad agrícola. Aunque ahora producimos alimentos más que suficientes para alimentar a todos, nuestros sistemas alimentarios están desequilibrados.
El hambre, la obesidad, la degradación ambiental, la pérdida de diversidad agrobiológica, la pérdida y el desperdicio de alimentos, y la falta de seguridad para los trabajadores de la cadena alimentaria son solo algunos de los problemas que evidencian este desequilibrio. Mientras los países comienzan a desarrollar e implementar planes de recuperación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), existe la oportunidad de adoptar soluciones innovadoras basadas en evidencia científica para mejorar nuestros sistemas alimentarios y reconstruir mejor.
“Cultivar, nutrir, preservar. Juntos”, es el lema con el que este año la FAO hace un llamamiento a la solidaridad mundial para ayudar a las personas más vulnerables a que se recuperen de la crisis sanitaria actual y para hacer que los sistemas alimentarios sean más resilientes y robustos, de manera que puedan resistir el aumento de la volatilidad y los choques climáticos, proporcionar dietas saludables asequibles y sostenibles para todos, y medios de vida dignos para los trabajadores del sistema alimentario.
La alimentación es la esencia de la vida y la piedra angular de nuestras culturas, y comunidades. Preservar el acceso a alimentos inocuos y nutritivos es, y seguirá siendo, una parte esencial de la respuesta a la enfermedad por coronavirus (COVID-19), especialmente para los más pobres y vulnerables del mundo, que son los que más han sufrido el impacto de la pandemia y que se verán más afectados por las perturbaciones económicas derivadas.
Esto requerirá regímenes de protección social mejores y que se ofrezcan oportunidades nuevas a través de la digitalización y el comercio electrónico, pero también prácticas agrícolas más sostenibles que preserven los recursos naturales de la Tierra, nuestra salud y el clima.
Héroes de la alimentación
Los agricultores familiares de todo el mundo, casi 800 millones de personas, han sido durante mucho tiempo innovadores agrícolas. Gestionan el 75% de las tierras agrícolas del planeta y producen alrededor del 80% de los alimentos del mundo. Ellos trabajan constantemente para adaptar sus métodos a todo lo que se presente, desde plagas hasta crisis relacionadas con el clima.
Estos héroes de la alimentación han seguido trabajando durante toda la pandemia de COVID-19, la primera de una larga lista de trabajadores dedicados a producir, procesar, transportar y comercializar alimentos en circunstancias difíciles. La mayoría de nosotros dependemos de ellos, pero a menudo, los pequeños agricultores son los más vulnerables durante una crisis.
Seguridad alimentaria en RD
Los datos del informe de FAO “El estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2020” indican que entre 2004 y 2006 el país tenía 19.3% de personas subnutridas, mientras que de 2017 a 2019 esta cifra bajó a 5.5%. No obstante, el impacto de la pandemia podría cambiar estas cifras.
En cuanto a la obesidad, esta afecta al 27% de los dominicanos y dominicanas mayores de 18 años (cerca de 2 millones de personas).
Clausura de la brecha digital
Las tecnologías digitales son clave para transformar la manera de producir, procesar, comercializar y consumir los alimentos, y para desarrollar sistemas alimentarios más resilientes y robustos. Tienen el potencial de cerrar la gran brecha digital entre los países desarrollados y los países en desarrollo, ciudades y zonas rurales, hombres y mujeres, jóvenes y viejos. Pero la digitalización es una realidad distante para más de 3 000 millones de personas en el mundo que carecen de acceso a Internet, la mayoría de las cuales viven en zonas rurales y remotas.
Las nuevas tecnologías prometen cambios revolucionarios para los pequeños agricultores. Esto incluye imágenes por satélite, teledetección y aplicaciones móviles y de cadenas de bloques con el potencial de optimizar las cadenas alimentarias, aumentar el acceso a alimentos nutritivos, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, mejorar la gestión del agua, luchar contra las plagas y enfermedades, supervisar los bosques o preparar a los agricultores ante las catástrofes. Para mejorar las habilidades digitales de los agricultores y dar voz a sus necesidades e ideas será esencial una capacitación intensiva, así como la creación de incentivos para alentar la producción de alimentos nutritivos y diversos.
La mejora del análisis de datos también ayudará a los gobiernos de los países en desarrollo a tomar mejores decisiones. La FAO está dispuesta a apoyar a los países cuando identifiquen asociaciones para hacer esto realidad, incluidas las oportunidades de inversión del sector privado. Esto será crucial para construir la infraestructura necesaria (conexiones de banda ancha, proveedores de servicios de datos) y para alojar centros de datos o plataformas en la nube que admitan grandes bases de datos con información vital. La FAO puede ofrecer un asesoramiento técnico sólido sobre cómo una regulación mejor y una formación adecuada pueden allanar el camino hacia un futuro digital para la alimentación y la agricultura.
Innovación
Una lección clave que la FAO ha aprendido en sus 75 años de historia es que solo el hecho de producir más alimentos no es suficiente. Necesitamos garantizar que los sistemas alimentarios sean sostenibles y que ofrezcan dietas asequibles, y saludables para todo el mundo, incluidos los más vulnerables entre nosotros. Las tecnologías innovadoras, la ciencia, la investigación y las empresas del sector privado pueden ayudarnos a transformar las formas de producir y consumir alimentos, para el bienestar de nuestras comunidades, de nuestras economías y de nuestro planeta.
Iniciativa Mano a mano
La Iniciativa Mano a mano de la FAO es un modelo comercial innovador diseñado para emparejar a posibles asociados en los sectores público, privado, de las instituciones financieras internacionales, académico, de la sociedad civil y otros. Esta iniciativa une a los donantes con los receptores y utiliza datos, y modelación para apoyar esfuerzos a medida en los países menos desarrollados del mundo, los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) y otros que padezcan crisis alimentarias.
La nueva Plataforma de datos del Sistema de información geográfica de la Iniciativa Mano a mano ayudará a los países a tomar decisiones basadas en la ciencia y basadas en datos, reuniendo a más de 20 departamentos de la FAO de varios campos, desde la salud animal hasta el comercio y los mercados. La plataforma integra datos de toda la FAO en categorías como el suelo, tierra, agua, clima, pesca, ganadería, cultivos, comercio y datos sociales y económicos.
También se basa en información de los asociados de la FAO y los proveedores de datos públicos, incluidas las ONG, el sector privado y las agencias espaciales.
Datos básicos a nivel global
- Más de 2 000 millones de personas no tienen acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes.
- Alrededor de 135 millones de personas en 55 países padecen hambre aguda y asistencia alimentaria, nutricional y de medios de vida urgente.
- Casi 690 millones de personas padecen hambre en el mundo, 10 millones más que en 2019. La pandemia de COVID-19 podría añadir entre 83 y 132 millones de personas a esta cifra, dependiendo de la perspectiva de crecimiento económico.
- El impacto de la malnutrición en todas sus formas -desnutrición, carencia de micronutrientes, así como sobrepeso y obesidad- en la economía mundial se estima en 3,5 billones de dólares al año.
- Se espera que la población mundial alcance casi 10 000 millones en 2050, lo que aumentará significativamente la demanda de alimentos.
- Se pierde aproximadamente el 14% de los alimentos producidos para el consumo mundial cada año antes de llegar al mercado mayorista.
- Si nuestros sistemas alimentarios no se transforman, la subalimentación y la malnutrición aumentarán considerablemente en 2050.
- Las consecuencias podrían empeorar debido a la desigualdad de ingresos, el empleo o el acceso básico a los servicios.
- Más de 3 000 millones de personas en el mundo carecen de acceso a Internet y la mayoría de ellas viven en zonas rurales, y remotas. Los pequeños agricultores necesitan un mayor acceso a financiación, capacitación, innovación y tecnología para mejorar sus medios de vida.
- La producción alimentaria intensificada junto con el cambio climático, están causando una pérdida de biodiversidad rápida. Hoy solo nueve especies de plantas representan el 66% de la producción agrícola total.
- La combinación de dietas pobres y estilos de vida sedentarios ha conducido a tasas de obesidad en alza, no solo en los países desarrollados, sino también en los países de bajos ingresos, donde el hambre y la obesidad a menudo coexisten. Ninguna región está exenta.
75 AÑOS DE LA FAO
- La FAO fue fundada en 1945 con el compromiso de mejorar vidas.
- Cuenta con más de 194 Estados Miembros y trabaja en más de 130 países de todo el mundo.
- Creemos que todos pueden desempeñar un papel en la erradicación del hambre y en la transformación de nuestros sistemas alimentarios.